24 Agosto – Hechos 5:1-5
Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron.
-Despertando nuestro ser.
Aquí podemos leer como Ananías y Safira trataron de aparentar algo que no era cierto. Algunas personas habían vendido propiedades y dado el dinero integro de la venta, pero ellos decidieron que todo quizás era mucho, y cuando vendieron la propiedad, como no querían dar el total y no querían ser menos que los demás, trayendo tan solo una ofrenda con una parte de la venta, dieron a entender que habían entregado el total, cosa que no era cierta.
Ambos cayeron muertos, por su mentira, trataron de engañar a los hombres y por defecto a Dios.
En lo que quiero centrar la reflexión de hoy es en el hecho que después de la muerte, primero de Ananías y luego de Safira, vino gran temor sobre todos, es más, el versículo 11 dice: Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas. Dejando claro que el temor no vino solo sobre la iglesia, sino sobre todos los que oyeron este hecho.
¿Qué hace falta hoy para que nos dejemos de apariencias y máscaras y seamos genuinos con temor de Dios?
¿Qué ha de hacer Dios para despertarnos?
Dios quiere cristianos genuinos ¿Qué hace falta para que tú lo seas incondicionalmente?
Dios te bendiga y que tengas un buen día. Amén.
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